La homosexualidad y fútbol a lo largo de la historia pareciera que fueran por nacimiento dos términos que se repelen, como al agua y el aceite. Los conocemos, pero nunca los debemos ver juntos. Y no es porque en el deporte rey no haya futbolistas cuya orientación sexual difiere de lo que se entiende como “lo tradicional” (es una cuestión estadística que así sea), sino por la clara homofobia que reina en las canchas, en todas, da igual desde qué lugar del mundo estés leyendo esto.
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No debería ser noticia. Y, sin embargo, en pleno 2023, que un futbolista reconozca públicamente su homosexualidad lo es. Y debe serlo. Aunque solo sea para derribar el tabú que todavía rodea este tema.
Alberto Lejárrega, portero del Marbella Fútbol Club, ha sido el último en visibilizar esta realidad social con una publicación en sus redes sociales celebrando el ascenso de su equipo a 2ª RFEF, la cuarta categoría del fútbol español. Un montaje de imágenes con que le dedica el triunfo a sus seres queridos y en el que se incluye una fotografía donde besa a su pareja. Como haría cualquier persona ante tal logro, ni más ni menos. Lo distintivo, si es que acaso lo es y en el fútbol lo es, es que su pareja es otro hombre.
“Muchas gracias por estar siempre a mi lado, en las buenas y en las no tan buenas! Esta vez nos tocó vivir lo bonito de esto! GRACIAS”, es el mensaje del joven de 28 años que acompaña a las tiernas fotografías junto a sus familiares, amigos y su novio, con ‘o’. Un gesto, a priori, tan simple, pero tan tan importante de cara a normalizar de una vez por todas los derechos de las personas LGBTI en uno de los deportes que más pasiones despierta y también más intolerancia. Porque aquello que no se nombra, no existe. Y los gays en el fútbol, los gays en cualquier deporte, existen, y es de justicia empezar a nombrarlos, de la misma manera que los heterosexuales presumen de sus novias y esposas libremente.
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Tras el revuelo mediático, Lejárrega compartió una carta en su Twitter en la que se mostraba sorprendido por la repercusión generada por su publicación. “Nos gustaría aclarar que la foto no era una declaración, sino una foto de celebración (…). En cualquier caso, estamos muy agradecidos, sobre todo por el trabajo de concienciación. Y esto es de lo que al final va todo esto, de que, aunque no fuera nuestra intención, se haya transmitido un mensaje de diversidad y naturalidad con cercanía y con la máxima sensibilidad”, escribe. El portero también aprovechó la misiva para recordar a quienes, antes que él, lucharon por conquistar unos derechos que, todavía hoy, no están reconocidos en demasiados lugares del mundo. “Injusto sería no reconocer que si hoy tenemos la tranquilidad de la que disfrutamos para vivir nuestra vida es porque hubo otras personas antes que pelearon mucho para conseguir los derechos con los que hoy contamos”.
Las estadísticas no mienten: hay futbolistas gays
El gesto poderoso de Lejárrega se suma a otros casos de futbolistas que han reconocido públicamente su homosexualidad estando en activo, aunque todavía se cuentan con los dedos de las manos. Entre los más sonados, el del jugador australiano Josh Cavallo que, en 2021, declaraba sentirse agotado de vivir una doble vida. “Lo único que quiero es jugar al fútbol y que me traten con igualdad”, afirmaba el joven.
Luego vino Jake Daniels, delantero del Blackpool, equipo de la segunda división inglesa. Lo hizo través de un comunicado, que fue compartido por su club, en el que indicaba lo siguiente: “Fuera de la cancha he estado escondiendo mi verdadero yo y quien soy realmente. He sabido toda mi vida que soy gay y ahora siento que estoy listo para ser yo mismo”.
El último en sumarse a este esperanzador conteo ha sido Jakub Jankto, centrocampista checo del Getafe (España) cedido al Sparta de Praga (República Checa). En febrero de 2023 anunció su homosexualidad a través de un emotivo vídeo que dio la vuelta al mundo. Se convirtió así en el primer futbolista de la liga española en reconocerlo. “Como todos los demás, tengo mis fortalezas, tengo mis debilidades, tengo una familia, tengo amigos, tengo un trabajo que he estado haciendo lo mejor que puedo durante años, con seriedad, profesionalismo y pasión. Como todos los demás. Quiero vivir mi vida en libertad. Sin miedos. Sin prejuicios. Sin violencia. Y con amor. Soy homosexual y no quiero esconderme”, decía en un contundente mensaje.